Para que conozcáis la importancia de Mora de Santa Quiteria y el papel relevante que tuvo " "La Santa" os pongo este artículo para su lectura:
La Fuente de "La Santa" aparece en este estudio publicado por Encarnación Oro Fernández en el Centro de Estudios de Castilla La Mancha, ver página 23 y más.
http://biblioteca2.uclm.es/biblioteca/ceclm/ARTREVISTAS/Albasit/ALB42_OroNoticias.pdf
Bueno para los perezosos, os copio la nota sobre la fuente de Mora:
Tobarra: Santa Quiteria
La primera noticia de las aguas mineromedicinales del balneario de Santa Quiteria en Tobarra, nos la ofercen las relaciones topográficas de Felipe II(78) donde explica que Santa Quiteria es la abogada de la villa, "a cuya invocación tiene hecha una fuente que se dice la Fuensanta"(79) y que con sus aguas sanan los que han sido mordidos por perros y animales rabiosos y de otras enfermedades, aparte de atribuirles muchos milagros.
En el siglo XVIII son dos autores(80) los que vuelven a hacer referencia a las aguas de Santa Quiteria. Uno de ellos es Espinalt(81) quien explica que hay en los baños de Santa Quiteria estructuras de piedra labrada y que sus aguas curan la sarna, lepra, las obstrucciones y los dolores histéricos. El segundo autor es Tomás López(82) quien menciona la existencia de una ermita que recibía a quienes acudían en romería al manantial, que las aguas se tomaban tanto en bebida como en baños y que curaban "la sarna, la lepra, las obstrucciones, la hipocondría, los dolores histéricos y los gálicos..etc".
Ya en el siglo XIX Madoz(83) explica que en el término de Tobarra se encuentra un "manantial de aguas minerales tónicas, cuyo uso aprovecha en la sarna, herpes, obstrucciones e histérico: tiene buenos baños de piedra con habitaciones para hospedería...".
Rubio en 1853 sólo añade de nuevo la clasificación de las aguas: las incluye dentro de las sulfurosas frías(84).
Gracía López en 1876(85) considera estas aguas "hidrosulfurosas" y muy eficaces para enfermedades en que "el elemento herpético, manifiesto u oculto, es la causa del mal".
Jordán Montes y Conesa Gracía(86) estudian también este balneario y después de hacer un recorrido histórico sobre las fuentes y la historia de la investigación del mismo, recogen la tradición oral que hace referencia a estas aguas. Dicha tradición habla de la aparición de la Virgen a un pastor. Estos autores consideran que esta Virgen habría sustituido el "recuerdo de alguna deidad acuática de época romana o alguna ninfa"(87). En cuanto a la situación actual del balneario sólo quedan algunas habitaciones incluidas dentro del caserío aún con vida y en producción(...) la ermita, aunque se mantiene en pie está reutilizada como almacén".
(78) Pp.298.
(79) En relación a este término, y su relación con los lugares de aguas mineromedicinales, ver el estudio de las aguas de Chinchilla y las de Santa Quiteria, en Tobarra, en este mismo trabajo.
(80) Citados por Jordán Montes y Conesa García, op.cit., p.499
(81) Atlante Español, Madrid, 1778-95 /Voz: Tobarra), pp.143-148
(82) Diccionario Geográfico, Madrid, 1786-89(voz: Tobarra), pp.215-217.
(83) Op. cit., p.426
(84) Op. cit.., p.391
(86) Op.cit., pp.486-87, 498-99,504-5,508.
(87) En relación al tema del culto a las aguas mineromedicinales ver: Oró Fernández, op. cit., pp.330-364
Interesante, ¿verdad?
Bueno para los perezosos, os copio la nota sobre la fuente de Mora:
Tobarra: Santa Quiteria
La primera noticia de las aguas mineromedicinales del balneario de Santa Quiteria en Tobarra, nos la ofercen las relaciones topográficas de Felipe II(78) donde explica que Santa Quiteria es la abogada de la villa, "a cuya invocación tiene hecha una fuente que se dice la Fuensanta"(79) y que con sus aguas sanan los que han sido mordidos por perros y animales rabiosos y de otras enfermedades, aparte de atribuirles muchos milagros.
En el siglo XVIII son dos autores(80) los que vuelven a hacer referencia a las aguas de Santa Quiteria. Uno de ellos es Espinalt(81) quien explica que hay en los baños de Santa Quiteria estructuras de piedra labrada y que sus aguas curan la sarna, lepra, las obstrucciones y los dolores histéricos. El segundo autor es Tomás López(82) quien menciona la existencia de una ermita que recibía a quienes acudían en romería al manantial, que las aguas se tomaban tanto en bebida como en baños y que curaban "la sarna, la lepra, las obstrucciones, la hipocondría, los dolores histéricos y los gálicos..etc".
Ya en el siglo XIX Madoz(83) explica que en el término de Tobarra se encuentra un "manantial de aguas minerales tónicas, cuyo uso aprovecha en la sarna, herpes, obstrucciones e histérico: tiene buenos baños de piedra con habitaciones para hospedería...".
Rubio en 1853 sólo añade de nuevo la clasificación de las aguas: las incluye dentro de las sulfurosas frías(84).
Gracía López en 1876(85) considera estas aguas "hidrosulfurosas" y muy eficaces para enfermedades en que "el elemento herpético, manifiesto u oculto, es la causa del mal".
Jordán Montes y Conesa Gracía(86) estudian también este balneario y después de hacer un recorrido histórico sobre las fuentes y la historia de la investigación del mismo, recogen la tradición oral que hace referencia a estas aguas. Dicha tradición habla de la aparición de la Virgen a un pastor. Estos autores consideran que esta Virgen habría sustituido el "recuerdo de alguna deidad acuática de época romana o alguna ninfa"(87). En cuanto a la situación actual del balneario sólo quedan algunas habitaciones incluidas dentro del caserío aún con vida y en producción(...) la ermita, aunque se mantiene en pie está reutilizada como almacén".
(78) Pp.298.
(79) En relación a este término, y su relación con los lugares de aguas mineromedicinales, ver el estudio de las aguas de Chinchilla y las de Santa Quiteria, en Tobarra, en este mismo trabajo.
(80) Citados por Jordán Montes y Conesa García, op.cit., p.499
(81) Atlante Español, Madrid, 1778-95 /Voz: Tobarra), pp.143-148
(82) Diccionario Geográfico, Madrid, 1786-89(voz: Tobarra), pp.215-217.
(83) Op. cit., p.426
(84) Op. cit.., p.391
(86) Op.cit., pp.486-87, 498-99,504-5,508.
(87) En relación al tema del culto a las aguas mineromedicinales ver: Oró Fernández, op. cit., pp.330-364
Interesante, ¿verdad?
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